La integración de granuladoras de semillas con líneas de producción de plántulas de tapón mejora significativamente la eficacia de la siembra de precisión, especialmente en el caso de semillas de forma irregular y peso ligero como la lechuga, el apio, la cebolla y el pimiento. La granulación de semillas consiste en recubrirlas con materiales inertes para aumentar su tamaño, peso y uniformidad.

Este proceso es fundamental para optimizar los sistemas de siembra al vacío (neumáticos), ya que las semillas granuladas presentan mejores propiedades aerodinámicas y un menor rebote, lo que garantiza una colocación precisa en las bandejas de siembra.
Al aumentar el diámetro de la semilla, el peleteado mitiga los problemas de manipulación de semillas diminutas o desiguales, que a menudo provocan atascos o doble siembra en los sistemas tradicionales.

La forma y el peso estandarizados de las semillas granuladas permiten una aspiración uniforme por parte de las sembradoras neumáticas, con lo que se consiguen índices de precisión de una sola semilla superiores a 95%. Esta precisión reduce directamente el desperdicio de semillas en hasta 30% y minimiza las tareas que requieren mucha mano de obra, como el aclareo manual o el rellenado de huecos.
Además, la sinergia entre el granulado y los sistemas de tapones automatizados agiliza las operaciones de los viveros a gran escala. Las semillas granuladas son compatibles con los equipos de trasplante de alta velocidad, lo que reduce aún más los costes de mano de obra.

Para cultivos como la lechuga y el apio, en los que la germinación uniforme es crucial, el granulado también permite la incorporación de fertilizantes o pesticidas de liberación controlada, lo que potencia el crecimiento en las primeras fases. En resumen, el granulado de semillas transforma las semillas irregulares en unidades manejables mecánicamente, liberando todo el potencial de la línea de siembra automatizada.